almacen de ramos generales

de todo un poco... por ahora en preparacion

Nombre: flor

19.9.04

Volvi!!! Pero por un ratito nomás...

Que lindo entrar a la pagina casi dos meses despues de haber entrado por primera y ultima vez y tener un mensaje!!! Me gusto, y me dieron ganas de escribirlo. Además de agradecerle a Hernan, que me escribio un alentador mensaje, me gustaria tambien agradecerle a Roy, que me ayudo, desde vaya a saber donde, a sacar mi propio blog.

Bueno, paso a relatarles un poco de mi. Cuando se me ocurrio armar la pagina esta, trabajaba en otro lado en el que estaba conectada todo el tiempo, pero a los pocos dias me cambie de laburo, y ahora me conecto pocas veces, y generalmente un ratito. Despues, como si eso fuera poco, se me terminaron las vacaciones en la facultad, asi que de vuelta al cole, cad vez menos tiempo libre para dedicarle a esto. Trasca que no tengo internet en casa la cosa se hace jodida. Me conecto a la nochecita, desde lo de mis viejos. Bueno, en realidad todo esto era para contarles el por que no voy a escribir tan seguido. Pero igual voy a ecribir ahora que se que por lo menos alguien lo lee...

Con la narrativa vengo mal, pero debe ser porque recien empiezo. Ya voy a contar historias cotidianas pero que suenen graciosas (espero). Me gustaria que la gente que lo lea se sienta identificada.

Bueno, por el momento es todo. Nos vemos dentro de poco. Flor.

25.6.04

y dijo lalo del mate...

El mate no es una bebida. Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca. Pero no es una bebida. En este país nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse. El mate es exactamente lo contrario que la televisión. Te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo.

Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es "hola" y la segunda "¿unos mates?". Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres. Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros. Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o se drogan. Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara. Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar. En verano y en invierno. Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos. Los buenos y los malos .
Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando te pide. Se lo das tibiecito, con mucha azúcar, y se sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando un esquenuncito de tu sangre empieza a chupar mate. Se te sale el corazón del cuerpo. Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón. Cuando conocés a alguien por primera vez, te tomás unos mates. La gente pregunta, cuando no hay confianza: ¿Dulce o amargo? El otro responde: -Como tomes vos. Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba. La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas. Siempre. Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas.
Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da. La yerba no se le niega a nadie. Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular. Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres. Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos. No es casualidad. No es porque sí. El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es porque ha descubierto que tiene alma. O está muerto de miedo, o está muerto de amor, o algo: pero no es un día cualquiera.
Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solos. Pero debe haber sido un día importante para cada uno. Por adentro hay revoluciones. El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores... Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena, la charla, no el mate.
Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma y viceversa. Es la sinceridad para decir: basta, cambiá la yerba! Es el compañerismo hecho momento. Es la sensibilidad al agua hirviendo. Es el cariño para preguntar, estúpidamente, ¿está caliente,no?
Es la modestia de quien ceba el mejor mate. Es la generosidad de dar hasta el final. Es la hospitalidad de la invitación. Es la justicia de uno por uno. Es la obligación de decir "gracias", al menos una vez al día. Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir. Ahora vos sabes, un mate no es sólo un mate...

primer dia con esta cosa... no entiendo mucho...

dicen que tocando de aprende, dentro de unos dias seguro se pondra mas bonita... esperemos....